#1
Publicado: Dom Ene 17, 2021 4:48 am
Hola a todos.
Lo primero os pido perdón por el siguiente largo mensaje, pero necesito explicar bien mi situación.
Por favor, necesito ayuda, ya no sé dónde ni a quién acudir, estoy desesperado, me estoy quedando completamente inválido. Mi situación es grave, ya no puedo salir a la calle: no puedo coger el autobús, el metro o el tren, ya no puedo conducir y si salgo a la calle a pasear solo puedo salir dentro de un pequeño radio de acción de 100 o 200 metros por si tengo que volver a casa corriendo porque me da una diarrea. Ya es que no puedo ni acudir al médico a pedir ayuda de lo mal que me encuentro, para ir al centro de salud tengo que coger un autobús y me pongo malísimo. Hace ya 11 años que no voy al dentista porque me pongo nervioso en la sala de espera o cuando estoy ya dentro de la consulta y es que me lo hago encima, y tengo los dientes ya hechos polvo. He tenido que llegar, en mitad de la calle mientras toda la gente pasaba y me miraba, a bajarme los pantalones y meterme entre un par de coches a hacer mis necesidades porque no me daba tiempo a llegar a ningún baño, imaginad la vergüenza que tuve que pasar...
Os pongo en antecedentes: padezco colon irritable desde los 21 años, ahora tengo casi 44. Me han hecho multitud de pruebas para descartar otras patologías y todas han salido negativas. Desde que me lo diagnosticaron he ido luchando con esta terrible enfermedad día a día como he podido. He probado a tomar las pocas medicaciones que había disponibles para tratar los síntomas de la enfermedad, como probióticos, antiespasmódicos, antidiarreicos, antidepresivos y ansiolíticos, pero apenas nada de eso ha funcionado. He probado multitud de médicos, tanto de la privada como de la pública, pero de nada me ha servido, no saben qué hacer, como tratar esta enfermedad, no son capaces de comprender la gravedad que puede llegar a provocar esta enfermedad y no cuentan apenas con opciones terapéuticas. Llevo desde el año 2002 en tratamiento psiquiátrico, desde el año 2011 por la sanidad pública y desde el año 2015 con tratamiento psicológico también por la sanidad pública, por las secuelas que me está provocando la enfermedad, pero a pesar de ello cada vez estoy peor (también es que tener una consulta de 10 minutos cada 4 meses que es lo único que puede ofrecerme la sanidad pública no es que sirva de mucho...).
La enfermedad me provoca diarreas instantáneas, es cuestión de 20 o 30 segundos, me empiezan a entrar unos retortijones terribles en cuestión de segundos y esté donde esté y haga lo que haga tengo que salir corriendo al baño porque no llego. Imaginad lo que significa tener una enfermedad así, imaginad estar en el metro atiborrado de gente y que de pronto te entren estos retortijones y ves que te lo tienes que hacer delante de toda la gente en el vagón; o estar montado en el autobús y que ves que es que no llegas ni a la siguiente parada y te lo haces encima. El psiquiatra me ha mandado llevar pañales, pero es que no creo que sirvan de mucho, está bien para una ligera incontinencia, si se te escapa un poco, pero es que con el colon irritable son unas diarreas terribles, imaginad la peor gastroenteritis que hayáis tenido, de esas que no podíais levantaros del inodoro, y ahora imaginad que os lo hacéis con un pañal puesto, imaginad el resultado...
El problema con el que me enfrento ahora es el siguiente: el intestino se ha vuelto tan, pero tan hipermegasensible a los estímulos nerviosos, que en cuanto me pongo mínimamente nervioso por cualquier cosa, en cuanto me preocupo por lo que sea, la más mínima cosa que se os ocurra, me pongo malísimo, tengo que salir corriendo al baño de los retortijones que me entran. Si estoy en el trabajo y de pronto me convocan a una reunión, si tengo una entrevista o simplemente si me llega el típico marrón que es superurgente y tiene que resolverse ya mismo, incluso ahora que estamos teletrabajando en casa, es que me pongo malísimo. Si me pongo a ver un partido de fútbol o de tenis en casa y me comienzo a poner nervioso, igual, me pongo malísimo. Si me pongo a escuchar una música en casa, me comienzo a animar y me pongo eufórico, igual, tengo que parar y dejar de escucharla de lo malo que me pongo. La cafeína, por supuesto, totalmente prohibida porque es tomar un café y diarrea en cuestión de 2 o 3 minutos. Es independiente de donde esté: en casa, en el trabajo, en un restaurante, en la calle... en cuanto me pongo mínimamente nervioso por cualquier motivo, lo que sea, diarrea. Evidentemente si estoy fuera de casa el problema se agrava porque en casa tengo mi baño pero en la calle no. El problema es tan grave, mi intestino se pone tan mal en cuanto me pongo un poco nervioso, que muchas veces ni los antidiarreicos como el Fortasec tomados unas horas antes de salir consiguen evitar la diarrea. El problema además se acrecenta porque se entra en un círculo vicioso: me pongo un poco nervioso y el intestino comienza a tener retortijones, a su vez los retortijones hacen que me comience a poner todavía más nervioso viendo que me va a entrar una diarrea, lo que empeora más todavía los retortijones, y así hasta que finalmente me da la diarrea.
Hace unos años a mi mujer tuve que llevarla al hospital de urgencias porque se puso malísima al coger una infección de riñón. Cuando llegamos al hospital público como os imagináis nos tocó esperar un buen rato. Cuando estábamos en urgencias esperando que nos llamasen en la sala de espera empecé a ponerme un poco nervioso, instantáneamente mi intestino se volvió loco y empezaron a entrarme retortijones terribles. Imaginaros la escena, yo en urgencias con mi mujer tumbada en unos asientos quejándose del dolor, y yo que veía que tenía que dejarla ahí completamente sola y salir corriendo a buscar algún baño porque me lo hacía encima. Y para colmo solo había un baño en la zona de urgencias y estaba ocupado, veía que me tenía que bajar los pantalones en mitad del hospital y hacerlo ahí mismo, fue horrible. Llegó un punto en que yo creo que me puse incluso peor que mi mujer.
El sufrir durante tantos y tantos años tantas situaciones tan embarazosas y angustiosas casi diarias me ha provocado una especie de agorafobia, he sufrido tantas situaciones tan horribles de ver que te lo haces encima en el autobús, en el metro, en el tren, en el coche o en la misma calle que mi cerebro al final ha desarrollado pánico, el salir a la calle mi cerebro ya lo ve como una situación de máximo riesgo, lo ve como una situación inminentemente catastrófica. A ver si me explico, no es que haya desarrollado pánico a salir a la calle por que sí, no es pánico a los espacios amplios y abiertos, lo que he desarrollado es pánico a salir a la calle y que me dé una diarrea en cualquier parte: en el autobús, en el coche, en mitad de la calle, incluso a quedarme un día encerrado en el ascensor de mi edificio y de los nervios me lo haga encima... Quizás habría que acuñar un nuevo tipo de fobia para referirse a esto, no sé si ya existe...
Y aquí está el problema: si juntamos lo que acabo de explicaros de que mi intestino se ha vuelto hipersensible a los estímulos nerviosos y que a la vez he desarrollado agorafobia por tantos años de situaciones angustiosas, el cóctel es explosivo: en cuanto oigo o pienso que hay que salir a la calle me comienzo a poner nervioso e instantáneamente, en cuestión de segundos, mi intestino reacciona de una forma totalmente desbocada y descontrolada, me empiezan a entrar unos retortijones terribles y tengo que salir corriendo al baño con diarrea. Es tal el extremo que si al día siguiente tengo que ir a algún sitio a realizar alguna gestión, la noche anterior a las 5 o 6 de la madrugada me tengo que levantar al baño ya con diarrea de los nervios. Pero no penséis, cuando hablo de agorafobia, de que me entran unos ataques de pánico tremendos en los que creo que me voy a desmayar ni nada de eso, no, es simplemente que me comienzo a poner un poco nervioso antes de salir de casa, pero el intestino se ha vuelto tan extremadamente sensible a los estímulos nerviosos que es que simplemente con que me ponga un poquito nervioso antes de salir es que tengo que ir corriendo al baño. El nivel es tal que, por ejemplo, para llevar a mi mujer o a mi hija a la estación de cercanías, que está a 3 minutos en coche, tengo que atiborrarme de antidiarreicos y ansiolíticos porque es que ha habido veces que en mitad del trayecto veía que me lo hacía encima, y os hablo de 3 minutos en coche.
Hace un par de meses me entró un dolor muy fuerte en la zona del corazón mientras estaba trabajando. Me empezaron a dar unos pinchazos muy fuertes, como si me clavasen cientos de alfileres, me preocupé pensando que me estaba dando algún tipo de infarto. Tuve que ir al hospital de urgencias, y adivinar qué: lo peor no fueron los dolores del corazón que tenía, lo peor fue lo malo que me puse del intestino, tanto en el trayecto como cuando ya estuve allí. Estaba más preocupado de que me diera una diarrea en mitad de camino del hospital o que me diera una diarrea estado conectado a alguna máquina o a alguna vía y no pudiera salir corriendo al baño que del dolor del corazón que me estaba dando, y efectivamente así fue, mientras estaba conectado a una vía metiéndome un medicamento antiinflamatorio por vena tuve que tomarme enseguida un Tranquimazin porque me empecé a poner nervioso y me empecé a poner malísimo y no podía salir corriendo al baño con eso conectado. Me puse tan nervioso viendo como me empezaban a entrar los retortijones del intestino y que me iba a dar una diarrea que me obligaron a tomarme un Tranquimazin para repetirme el electrocardiograma porque me entró una taquicardia.
Es que no os puedo explicar, es ya algo inconsciente, automático, es como si mi intestino hubiese cobrado vida propia. Quiero decir, cuando estoy en la calle no tengo que pensar conscientemente "vaya, estoy en mitad de la calle, me podría dar una diarrea aquí y no tengo ningún lugar donde meterme" para ponerme un poco nervioso, no, no tengo que pensar absolutamente nada, no es necesario que piense nada, mi intestino de pronto automáticamente sabe que está en la calle y se comienza a volver loco, entra en modo pánico.
El psiquiatra y el psicólogo ya no saben como tratarme: el psiquiatra me ha mandado un antidepresivo y un antipsicótico que tomo por las noches para intentar poder dormir bien y relajado, y me ha mandado ansiolíticos (Tranquimazin) para cuando tenga que salir a la calle. Pero es que ha llegado un punto en que me pongo tan malo con el intestino antes de salir a la calle o en mitad de ella (siempre llevo el Tranquimazin encima) que es que ya ni el ansiolítico me ayuda, he llegado incluso a veces a tomarme 3 pastillas seguidas en un intento de relajar el intestino de lo malo que me he puesto en mitad de la calle. La situación es que ya no puedo salir a la calle si no estoy completamente sedado, es la única forma de poder medio salir sin que el intestino se desboque. Me ha llegado a pasar que debido a los ansiolíticos me he quedado dormido en la propia sala de espera del médico. De hecho, tuve un accidente con el coche que pudo terminar en tragedia. Iba con mis hijas a casa de mis padres en otra provincia, era un viaje de 4 horas. Tuve que tomarme una pastilla de Tranquimazin antes del viaje por lo malo que me puse del intestino antes de salir. En mitad del viaje, debido al efecto del ansiolítico, me quedé dormido al volante, chocándome a 120 Km/h contra el quitamiedos, con la suerte de que lo rocé lateralmente, destrozando la parte derecha del vehículo. Nos podíamos haber matado todos perfectamente. Esto no es solución, no puedo seguir así, no puede ser que ya la única forma que tenga de salir a la calle sea estando tan sedado que me duermo incluso estando de pie en cualquier sitio.
El psicólogo pues tres cuartos de lo mismo: me dice lo que os podéis imaginar, que me relaje, que me tome las cosas con calma, ejercicios de respiración y visualización, que intente salir a la calle lo que pueda para que la agorafobia no empeore y me acabe dejando completamente aislado, etc. Pero como comprenderéis, es que no sirve de nada. ¿Acaso no he intentado yo miles de veces relajarme cuando me han empezado los retortijones en la calle o el medio de transporte? ¿Acaso no he intentado relajarme antes de salir de casa realizando ejercicios de respiración o de visualización y no han servido para nada? Es que no sé cómo explicároslo, necesito que lo comprendáis, es que no se trata de una cuestión tanto de la mente sino de por qué el intestino reacciona de una manera tan bestial a un estímulo nervioso. Cuando yo era pequeño y me ponía nervioso ante un examen o cuando me sacaban a la pizarra delante de toda la clase, recuerdo que a veces me ponía a temblar y me quedaba en blanco, o que me sudaban las manos, pero nunca mi cuerpo había reaccionado de una manera tan salvaje ante el menor estímulo nervioso. ¿Por qué ahora, ante la tontería más trivial que os podáis imaginar que me ponga un poco nervioso, mi intestino reacciona de una manera tan brutal provocándome una diarrea instantánea? Es que ya cualquier cosa, incluso un simple pensamiento que me pase por la cabeza y que me ponga algo nervioso, me puede provocar una diarrea.
Ahora mismo me están tratando en el Hospital Carlos III, centro adscrito al Hospital de La Paz, en la unidad de Trastornos funcionales Digestivos (Unidad de Motilidad), que parece ser que es donde están un poco más especializados en el SII, pero de momento de poco sirve, me han vuelto a mandar los medicamentos de siempre: probióticos, antiespamódicos...
A todo esto se me junta otro problema que complica el tratamiento del SII: no puedo tomar cápsulas o comprimidos, me atraganto con ellos. Lo he intentado por todos los medios, incluso el psiquiatra lo ha tratado como un problema psicológico y me obligó a tomarme comprimidos delante de la enfermera de psiquiatría, pero de nada funcionó, las acababa vomitando porque se me quedaban atrancadas en la garganta y me ahogaba con ellas. De hecho, tuve un accidente hace unos años con una pastilla de Tryptizol, que menos mal que era pequeña. Al tragarla, se me quedó atrancada en la garganta, por más que lo intenté no pude ni hacerla subir intentando vomitar ni hacerla bajar tomando algún alimento, se me quedó ahí clavada. No había nadie en casa para ayudarme. Fue horrible, me empezaron a entrar unas arcadas terribles mientras que mi cuerpo intentaba expulsar ese objeto extraño, pero no se movía. Mi cuerpo no dejaba de tener arcadas seguidas y llegó un momento en que ya no tenía tiempo entre arcada y arcada para parar y respirar, pensé que iba a morir asfixiado al no poder parar para coger aire. Por suerte, en una de las arcadas, la pastilla bajó un poco y pasó a una zona del esófago menos sensible, lo que hizo que las arcadas disminuyeran un poco y pudiera coger aire para respirar. No tuve otro remedio que aguantar como pude un par de horas hasta que la pastilla se fue disolviendo, pero esto me provocó otro problema: la pastilla, al disolverse en la garganta, y no en el estómago, me la dejó dañada, como si me la hubiera quemado con ácido. Estuve con esta sensación durante 1 semana.
El problema que tengo en la garganta y en el comienzo del esófago es también un problema de hipersensibilidad extrema, como en el caso del SII (me pregunto si puede haber alguna relación entre ellos). El problema que estoy experimentando ahora con los alimentos es que trago, noto como la comida baja hasta el estómago, pero a la vez se queda la sensación en la garganta como si el alimento aún estuviera ahí, cómo si se hubiera quedado atascado, es una sensación fantasma, es como si el sistema nervioso siguiese enviando señales continuamente de que el bolo alimenticio está aún en la garganta, por lo que como os podéis imaginar me empiezan a entrar instantáneamente arcadas. De hecho la próxima semana me tienen que hacer en el Hospital de la Paz una prueba médica de deglución para ver si tengo algún problema de disfagia, prueba que no sé cómo voy a poder ir a hacerme estando como estoy con el SII, si ya me pongo nervioso cuando tengo que salir a la calle imaginaros lo nervioso que voy a estar cuando me tengo que ir a hacer una prueba que sé que va a ser desagradable. Suponiendo que consiga llegar al hospital, en cuanto me hagan hacer tragarme la papilla me veo saliendo corriendo al baño aunque esté con la bata de hospital puesta y se me vea todo el trasero...
Algunos médicos me han mandado triturar el comprimido para poder tomármelo con un poco de líquido, pero eso no hay quien se lo tome, sabe a rayos, es tomar un sorbo y vomito, porque precisamente la capa que recubre al comprimido cumple dos funciones: una, para camuflar el sabor, porque sabe horrible, química pura; y dos, porque, como me pasó con el Tryptizol que se me quedó en la garganta, el medicamento es muy fuerte y al tomarlo podría quemar el esófago, con lo cual tampoco es bueno triturarlo; o también puede ser para que su disolución tenga efecto retardado y el medicamento actúe en la zona que tiene que actuar, si no podría perder su eficacia.
En resumen, que no puedo tomar comprimidos y cápsulas para tratar el SII, por lo que no puedo tomar antiespasmódicos porque no hay en formato soluble, líquido o bucodispensable; que los probióticos que están saliendo ahora para tratar el SII, como el Kijimea, tres cuartos de lo mismo; que los antidepresivos y antipsicóticos que tomo tienen que ser liofilizados. Es decir, que el rango de medicamentos que puedo tomar para tratar el SII y las secuelas psicológicas que me está provocando es muy limitado. Y no quiero pensar el día que pille una enfermedad grave como un cáncer y me digan que o te tomas una cápsula de un considerable tamaño o te vas al hoyo porque ahí sí que voy a tener un verdadero problema...
Mi opinión es la siguiente: no se sabe la causa y origen del SII, pero lo que tengo claro es que me ha dañado completamente los nervios del intestino, los ha vuelto tan hipersensibles que cualquier mínimo estímulo nervioso, venga de donde venga, provoca instantáneamente contracciones fortísimas e involuntarias del intestino, provoca tremendos espasmos instantáneos que terminan en la diarrea. Y cuando digo lo de instantáneo quiero resaltarlo, como os digo puedo pasar de encontrarme bien a en 20 o 30 segundos tener que salir corriendo al baño porque me lo hago encima.
Conclusión: me estoy quedando inválido, como veis ya no puedo salir a la calle, no puedo coger ningún medio de transporte, no puedo ir a trabajar, no puedo ir ya ni al médico, ni al dentista, ni a resolver cualquier asunto, ni siquiera a llevar a mi mujer o a mi hija a la estación de cercanías que está a 3 minutos en coche.
El primer día que después del confinamiento por COVID que empezó en marzo permitieron salir a pasear, salí con mi hija pequeña a dar un pequeño paseo y cuando llevaba aproximadamente 100 metros andados, tuve que volver con ella corriendo a casa de la diarrea que me entró, fue cuestión de segundos, estaba andando con ella y de pronto me empecé a encontrar mal, cada vez peor, me empezaron a entrar unos retortijones terribles y tuve que volver corriendo y casi me lo hago encima en mitad de la calle. ¿Cómo creéis que me sentí cuando después de llevar casi 4 meses encerrados por fin puedo salir con mi hija pequeña a que le dé el aire y el sol después de tanto tiempo y su paseo termina en 2 minutos por mi culpa? ¿Cómo se puede vivir así?
Ahora mismo tengo suerte y mi empresa me está permitiendo teletrabajar todos los días, pero si me cambian de proyecto o me despiden, ¿cómo voy a poder trabajar con esta enfermedad? ¿Cómo voy a poder conseguir otro trabajo si me es completamente imposible poder desplazarme a la oficina? A veces, cuando he tenido que ir por algún motivo a la oficina, iba tan sedado por los ansiolíticos que tuve que tomar para evitar ponerme nervioso en el trayecto y que me diera una diarrea, que me quedé luego dormido en la oficina delante del ordenador. ¿Quién va a querer contratar a una persona así? Mi mujer siempre bromea con que si algún día la despiden con la edad que tiene, no le quedará más remedio que ponerse a trabajar de limpiadora, pero es que yo no podría ni trabajar de eso con el SII.
Por favor, ¿qué puedo hacer? ¿Dónde o a quién puedo acudir? Ya no puedo más, estoy al límite, necesito ayuda urgente, pero, ¿de quién? Es que ya no sé dónde acudir, estoy completamente desesperado, como veis llevo años con tratamiento psiquiátrico, psicológico y de digestivo, y cada vez estoy peor, ya no puedo salir de casa de lo malo que me pongo con el intestino, me estoy quedando inválido...
Un saludo.
Lo primero os pido perdón por el siguiente largo mensaje, pero necesito explicar bien mi situación.
Por favor, necesito ayuda, ya no sé dónde ni a quién acudir, estoy desesperado, me estoy quedando completamente inválido. Mi situación es grave, ya no puedo salir a la calle: no puedo coger el autobús, el metro o el tren, ya no puedo conducir y si salgo a la calle a pasear solo puedo salir dentro de un pequeño radio de acción de 100 o 200 metros por si tengo que volver a casa corriendo porque me da una diarrea. Ya es que no puedo ni acudir al médico a pedir ayuda de lo mal que me encuentro, para ir al centro de salud tengo que coger un autobús y me pongo malísimo. Hace ya 11 años que no voy al dentista porque me pongo nervioso en la sala de espera o cuando estoy ya dentro de la consulta y es que me lo hago encima, y tengo los dientes ya hechos polvo. He tenido que llegar, en mitad de la calle mientras toda la gente pasaba y me miraba, a bajarme los pantalones y meterme entre un par de coches a hacer mis necesidades porque no me daba tiempo a llegar a ningún baño, imaginad la vergüenza que tuve que pasar...
Os pongo en antecedentes: padezco colon irritable desde los 21 años, ahora tengo casi 44. Me han hecho multitud de pruebas para descartar otras patologías y todas han salido negativas. Desde que me lo diagnosticaron he ido luchando con esta terrible enfermedad día a día como he podido. He probado a tomar las pocas medicaciones que había disponibles para tratar los síntomas de la enfermedad, como probióticos, antiespasmódicos, antidiarreicos, antidepresivos y ansiolíticos, pero apenas nada de eso ha funcionado. He probado multitud de médicos, tanto de la privada como de la pública, pero de nada me ha servido, no saben qué hacer, como tratar esta enfermedad, no son capaces de comprender la gravedad que puede llegar a provocar esta enfermedad y no cuentan apenas con opciones terapéuticas. Llevo desde el año 2002 en tratamiento psiquiátrico, desde el año 2011 por la sanidad pública y desde el año 2015 con tratamiento psicológico también por la sanidad pública, por las secuelas que me está provocando la enfermedad, pero a pesar de ello cada vez estoy peor (también es que tener una consulta de 10 minutos cada 4 meses que es lo único que puede ofrecerme la sanidad pública no es que sirva de mucho...).
La enfermedad me provoca diarreas instantáneas, es cuestión de 20 o 30 segundos, me empiezan a entrar unos retortijones terribles en cuestión de segundos y esté donde esté y haga lo que haga tengo que salir corriendo al baño porque no llego. Imaginad lo que significa tener una enfermedad así, imaginad estar en el metro atiborrado de gente y que de pronto te entren estos retortijones y ves que te lo tienes que hacer delante de toda la gente en el vagón; o estar montado en el autobús y que ves que es que no llegas ni a la siguiente parada y te lo haces encima. El psiquiatra me ha mandado llevar pañales, pero es que no creo que sirvan de mucho, está bien para una ligera incontinencia, si se te escapa un poco, pero es que con el colon irritable son unas diarreas terribles, imaginad la peor gastroenteritis que hayáis tenido, de esas que no podíais levantaros del inodoro, y ahora imaginad que os lo hacéis con un pañal puesto, imaginad el resultado...
El problema con el que me enfrento ahora es el siguiente: el intestino se ha vuelto tan, pero tan hipermegasensible a los estímulos nerviosos, que en cuanto me pongo mínimamente nervioso por cualquier cosa, en cuanto me preocupo por lo que sea, la más mínima cosa que se os ocurra, me pongo malísimo, tengo que salir corriendo al baño de los retortijones que me entran. Si estoy en el trabajo y de pronto me convocan a una reunión, si tengo una entrevista o simplemente si me llega el típico marrón que es superurgente y tiene que resolverse ya mismo, incluso ahora que estamos teletrabajando en casa, es que me pongo malísimo. Si me pongo a ver un partido de fútbol o de tenis en casa y me comienzo a poner nervioso, igual, me pongo malísimo. Si me pongo a escuchar una música en casa, me comienzo a animar y me pongo eufórico, igual, tengo que parar y dejar de escucharla de lo malo que me pongo. La cafeína, por supuesto, totalmente prohibida porque es tomar un café y diarrea en cuestión de 2 o 3 minutos. Es independiente de donde esté: en casa, en el trabajo, en un restaurante, en la calle... en cuanto me pongo mínimamente nervioso por cualquier motivo, lo que sea, diarrea. Evidentemente si estoy fuera de casa el problema se agrava porque en casa tengo mi baño pero en la calle no. El problema es tan grave, mi intestino se pone tan mal en cuanto me pongo un poco nervioso, que muchas veces ni los antidiarreicos como el Fortasec tomados unas horas antes de salir consiguen evitar la diarrea. El problema además se acrecenta porque se entra en un círculo vicioso: me pongo un poco nervioso y el intestino comienza a tener retortijones, a su vez los retortijones hacen que me comience a poner todavía más nervioso viendo que me va a entrar una diarrea, lo que empeora más todavía los retortijones, y así hasta que finalmente me da la diarrea.
Hace unos años a mi mujer tuve que llevarla al hospital de urgencias porque se puso malísima al coger una infección de riñón. Cuando llegamos al hospital público como os imagináis nos tocó esperar un buen rato. Cuando estábamos en urgencias esperando que nos llamasen en la sala de espera empecé a ponerme un poco nervioso, instantáneamente mi intestino se volvió loco y empezaron a entrarme retortijones terribles. Imaginaros la escena, yo en urgencias con mi mujer tumbada en unos asientos quejándose del dolor, y yo que veía que tenía que dejarla ahí completamente sola y salir corriendo a buscar algún baño porque me lo hacía encima. Y para colmo solo había un baño en la zona de urgencias y estaba ocupado, veía que me tenía que bajar los pantalones en mitad del hospital y hacerlo ahí mismo, fue horrible. Llegó un punto en que yo creo que me puse incluso peor que mi mujer.
El sufrir durante tantos y tantos años tantas situaciones tan embarazosas y angustiosas casi diarias me ha provocado una especie de agorafobia, he sufrido tantas situaciones tan horribles de ver que te lo haces encima en el autobús, en el metro, en el tren, en el coche o en la misma calle que mi cerebro al final ha desarrollado pánico, el salir a la calle mi cerebro ya lo ve como una situación de máximo riesgo, lo ve como una situación inminentemente catastrófica. A ver si me explico, no es que haya desarrollado pánico a salir a la calle por que sí, no es pánico a los espacios amplios y abiertos, lo que he desarrollado es pánico a salir a la calle y que me dé una diarrea en cualquier parte: en el autobús, en el coche, en mitad de la calle, incluso a quedarme un día encerrado en el ascensor de mi edificio y de los nervios me lo haga encima... Quizás habría que acuñar un nuevo tipo de fobia para referirse a esto, no sé si ya existe...
Y aquí está el problema: si juntamos lo que acabo de explicaros de que mi intestino se ha vuelto hipersensible a los estímulos nerviosos y que a la vez he desarrollado agorafobia por tantos años de situaciones angustiosas, el cóctel es explosivo: en cuanto oigo o pienso que hay que salir a la calle me comienzo a poner nervioso e instantáneamente, en cuestión de segundos, mi intestino reacciona de una forma totalmente desbocada y descontrolada, me empiezan a entrar unos retortijones terribles y tengo que salir corriendo al baño con diarrea. Es tal el extremo que si al día siguiente tengo que ir a algún sitio a realizar alguna gestión, la noche anterior a las 5 o 6 de la madrugada me tengo que levantar al baño ya con diarrea de los nervios. Pero no penséis, cuando hablo de agorafobia, de que me entran unos ataques de pánico tremendos en los que creo que me voy a desmayar ni nada de eso, no, es simplemente que me comienzo a poner un poco nervioso antes de salir de casa, pero el intestino se ha vuelto tan extremadamente sensible a los estímulos nerviosos que es que simplemente con que me ponga un poquito nervioso antes de salir es que tengo que ir corriendo al baño. El nivel es tal que, por ejemplo, para llevar a mi mujer o a mi hija a la estación de cercanías, que está a 3 minutos en coche, tengo que atiborrarme de antidiarreicos y ansiolíticos porque es que ha habido veces que en mitad del trayecto veía que me lo hacía encima, y os hablo de 3 minutos en coche.
Hace un par de meses me entró un dolor muy fuerte en la zona del corazón mientras estaba trabajando. Me empezaron a dar unos pinchazos muy fuertes, como si me clavasen cientos de alfileres, me preocupé pensando que me estaba dando algún tipo de infarto. Tuve que ir al hospital de urgencias, y adivinar qué: lo peor no fueron los dolores del corazón que tenía, lo peor fue lo malo que me puse del intestino, tanto en el trayecto como cuando ya estuve allí. Estaba más preocupado de que me diera una diarrea en mitad de camino del hospital o que me diera una diarrea estado conectado a alguna máquina o a alguna vía y no pudiera salir corriendo al baño que del dolor del corazón que me estaba dando, y efectivamente así fue, mientras estaba conectado a una vía metiéndome un medicamento antiinflamatorio por vena tuve que tomarme enseguida un Tranquimazin porque me empecé a poner nervioso y me empecé a poner malísimo y no podía salir corriendo al baño con eso conectado. Me puse tan nervioso viendo como me empezaban a entrar los retortijones del intestino y que me iba a dar una diarrea que me obligaron a tomarme un Tranquimazin para repetirme el electrocardiograma porque me entró una taquicardia.
Es que no os puedo explicar, es ya algo inconsciente, automático, es como si mi intestino hubiese cobrado vida propia. Quiero decir, cuando estoy en la calle no tengo que pensar conscientemente "vaya, estoy en mitad de la calle, me podría dar una diarrea aquí y no tengo ningún lugar donde meterme" para ponerme un poco nervioso, no, no tengo que pensar absolutamente nada, no es necesario que piense nada, mi intestino de pronto automáticamente sabe que está en la calle y se comienza a volver loco, entra en modo pánico.
El psiquiatra y el psicólogo ya no saben como tratarme: el psiquiatra me ha mandado un antidepresivo y un antipsicótico que tomo por las noches para intentar poder dormir bien y relajado, y me ha mandado ansiolíticos (Tranquimazin) para cuando tenga que salir a la calle. Pero es que ha llegado un punto en que me pongo tan malo con el intestino antes de salir a la calle o en mitad de ella (siempre llevo el Tranquimazin encima) que es que ya ni el ansiolítico me ayuda, he llegado incluso a veces a tomarme 3 pastillas seguidas en un intento de relajar el intestino de lo malo que me he puesto en mitad de la calle. La situación es que ya no puedo salir a la calle si no estoy completamente sedado, es la única forma de poder medio salir sin que el intestino se desboque. Me ha llegado a pasar que debido a los ansiolíticos me he quedado dormido en la propia sala de espera del médico. De hecho, tuve un accidente con el coche que pudo terminar en tragedia. Iba con mis hijas a casa de mis padres en otra provincia, era un viaje de 4 horas. Tuve que tomarme una pastilla de Tranquimazin antes del viaje por lo malo que me puse del intestino antes de salir. En mitad del viaje, debido al efecto del ansiolítico, me quedé dormido al volante, chocándome a 120 Km/h contra el quitamiedos, con la suerte de que lo rocé lateralmente, destrozando la parte derecha del vehículo. Nos podíamos haber matado todos perfectamente. Esto no es solución, no puedo seguir así, no puede ser que ya la única forma que tenga de salir a la calle sea estando tan sedado que me duermo incluso estando de pie en cualquier sitio.
El psicólogo pues tres cuartos de lo mismo: me dice lo que os podéis imaginar, que me relaje, que me tome las cosas con calma, ejercicios de respiración y visualización, que intente salir a la calle lo que pueda para que la agorafobia no empeore y me acabe dejando completamente aislado, etc. Pero como comprenderéis, es que no sirve de nada. ¿Acaso no he intentado yo miles de veces relajarme cuando me han empezado los retortijones en la calle o el medio de transporte? ¿Acaso no he intentado relajarme antes de salir de casa realizando ejercicios de respiración o de visualización y no han servido para nada? Es que no sé cómo explicároslo, necesito que lo comprendáis, es que no se trata de una cuestión tanto de la mente sino de por qué el intestino reacciona de una manera tan bestial a un estímulo nervioso. Cuando yo era pequeño y me ponía nervioso ante un examen o cuando me sacaban a la pizarra delante de toda la clase, recuerdo que a veces me ponía a temblar y me quedaba en blanco, o que me sudaban las manos, pero nunca mi cuerpo había reaccionado de una manera tan salvaje ante el menor estímulo nervioso. ¿Por qué ahora, ante la tontería más trivial que os podáis imaginar que me ponga un poco nervioso, mi intestino reacciona de una manera tan brutal provocándome una diarrea instantánea? Es que ya cualquier cosa, incluso un simple pensamiento que me pase por la cabeza y que me ponga algo nervioso, me puede provocar una diarrea.
Ahora mismo me están tratando en el Hospital Carlos III, centro adscrito al Hospital de La Paz, en la unidad de Trastornos funcionales Digestivos (Unidad de Motilidad), que parece ser que es donde están un poco más especializados en el SII, pero de momento de poco sirve, me han vuelto a mandar los medicamentos de siempre: probióticos, antiespamódicos...
A todo esto se me junta otro problema que complica el tratamiento del SII: no puedo tomar cápsulas o comprimidos, me atraganto con ellos. Lo he intentado por todos los medios, incluso el psiquiatra lo ha tratado como un problema psicológico y me obligó a tomarme comprimidos delante de la enfermera de psiquiatría, pero de nada funcionó, las acababa vomitando porque se me quedaban atrancadas en la garganta y me ahogaba con ellas. De hecho, tuve un accidente hace unos años con una pastilla de Tryptizol, que menos mal que era pequeña. Al tragarla, se me quedó atrancada en la garganta, por más que lo intenté no pude ni hacerla subir intentando vomitar ni hacerla bajar tomando algún alimento, se me quedó ahí clavada. No había nadie en casa para ayudarme. Fue horrible, me empezaron a entrar unas arcadas terribles mientras que mi cuerpo intentaba expulsar ese objeto extraño, pero no se movía. Mi cuerpo no dejaba de tener arcadas seguidas y llegó un momento en que ya no tenía tiempo entre arcada y arcada para parar y respirar, pensé que iba a morir asfixiado al no poder parar para coger aire. Por suerte, en una de las arcadas, la pastilla bajó un poco y pasó a una zona del esófago menos sensible, lo que hizo que las arcadas disminuyeran un poco y pudiera coger aire para respirar. No tuve otro remedio que aguantar como pude un par de horas hasta que la pastilla se fue disolviendo, pero esto me provocó otro problema: la pastilla, al disolverse en la garganta, y no en el estómago, me la dejó dañada, como si me la hubiera quemado con ácido. Estuve con esta sensación durante 1 semana.
El problema que tengo en la garganta y en el comienzo del esófago es también un problema de hipersensibilidad extrema, como en el caso del SII (me pregunto si puede haber alguna relación entre ellos). El problema que estoy experimentando ahora con los alimentos es que trago, noto como la comida baja hasta el estómago, pero a la vez se queda la sensación en la garganta como si el alimento aún estuviera ahí, cómo si se hubiera quedado atascado, es una sensación fantasma, es como si el sistema nervioso siguiese enviando señales continuamente de que el bolo alimenticio está aún en la garganta, por lo que como os podéis imaginar me empiezan a entrar instantáneamente arcadas. De hecho la próxima semana me tienen que hacer en el Hospital de la Paz una prueba médica de deglución para ver si tengo algún problema de disfagia, prueba que no sé cómo voy a poder ir a hacerme estando como estoy con el SII, si ya me pongo nervioso cuando tengo que salir a la calle imaginaros lo nervioso que voy a estar cuando me tengo que ir a hacer una prueba que sé que va a ser desagradable. Suponiendo que consiga llegar al hospital, en cuanto me hagan hacer tragarme la papilla me veo saliendo corriendo al baño aunque esté con la bata de hospital puesta y se me vea todo el trasero...
Algunos médicos me han mandado triturar el comprimido para poder tomármelo con un poco de líquido, pero eso no hay quien se lo tome, sabe a rayos, es tomar un sorbo y vomito, porque precisamente la capa que recubre al comprimido cumple dos funciones: una, para camuflar el sabor, porque sabe horrible, química pura; y dos, porque, como me pasó con el Tryptizol que se me quedó en la garganta, el medicamento es muy fuerte y al tomarlo podría quemar el esófago, con lo cual tampoco es bueno triturarlo; o también puede ser para que su disolución tenga efecto retardado y el medicamento actúe en la zona que tiene que actuar, si no podría perder su eficacia.
En resumen, que no puedo tomar comprimidos y cápsulas para tratar el SII, por lo que no puedo tomar antiespasmódicos porque no hay en formato soluble, líquido o bucodispensable; que los probióticos que están saliendo ahora para tratar el SII, como el Kijimea, tres cuartos de lo mismo; que los antidepresivos y antipsicóticos que tomo tienen que ser liofilizados. Es decir, que el rango de medicamentos que puedo tomar para tratar el SII y las secuelas psicológicas que me está provocando es muy limitado. Y no quiero pensar el día que pille una enfermedad grave como un cáncer y me digan que o te tomas una cápsula de un considerable tamaño o te vas al hoyo porque ahí sí que voy a tener un verdadero problema...
Mi opinión es la siguiente: no se sabe la causa y origen del SII, pero lo que tengo claro es que me ha dañado completamente los nervios del intestino, los ha vuelto tan hipersensibles que cualquier mínimo estímulo nervioso, venga de donde venga, provoca instantáneamente contracciones fortísimas e involuntarias del intestino, provoca tremendos espasmos instantáneos que terminan en la diarrea. Y cuando digo lo de instantáneo quiero resaltarlo, como os digo puedo pasar de encontrarme bien a en 20 o 30 segundos tener que salir corriendo al baño porque me lo hago encima.
Conclusión: me estoy quedando inválido, como veis ya no puedo salir a la calle, no puedo coger ningún medio de transporte, no puedo ir a trabajar, no puedo ir ya ni al médico, ni al dentista, ni a resolver cualquier asunto, ni siquiera a llevar a mi mujer o a mi hija a la estación de cercanías que está a 3 minutos en coche.
El primer día que después del confinamiento por COVID que empezó en marzo permitieron salir a pasear, salí con mi hija pequeña a dar un pequeño paseo y cuando llevaba aproximadamente 100 metros andados, tuve que volver con ella corriendo a casa de la diarrea que me entró, fue cuestión de segundos, estaba andando con ella y de pronto me empecé a encontrar mal, cada vez peor, me empezaron a entrar unos retortijones terribles y tuve que volver corriendo y casi me lo hago encima en mitad de la calle. ¿Cómo creéis que me sentí cuando después de llevar casi 4 meses encerrados por fin puedo salir con mi hija pequeña a que le dé el aire y el sol después de tanto tiempo y su paseo termina en 2 minutos por mi culpa? ¿Cómo se puede vivir así?
Ahora mismo tengo suerte y mi empresa me está permitiendo teletrabajar todos los días, pero si me cambian de proyecto o me despiden, ¿cómo voy a poder trabajar con esta enfermedad? ¿Cómo voy a poder conseguir otro trabajo si me es completamente imposible poder desplazarme a la oficina? A veces, cuando he tenido que ir por algún motivo a la oficina, iba tan sedado por los ansiolíticos que tuve que tomar para evitar ponerme nervioso en el trayecto y que me diera una diarrea, que me quedé luego dormido en la oficina delante del ordenador. ¿Quién va a querer contratar a una persona así? Mi mujer siempre bromea con que si algún día la despiden con la edad que tiene, no le quedará más remedio que ponerse a trabajar de limpiadora, pero es que yo no podría ni trabajar de eso con el SII.
Por favor, ¿qué puedo hacer? ¿Dónde o a quién puedo acudir? Ya no puedo más, estoy al límite, necesito ayuda urgente, pero, ¿de quién? Es que ya no sé dónde acudir, estoy completamente desesperado, como veis llevo años con tratamiento psiquiátrico, psicológico y de digestivo, y cada vez estoy peor, ya no puedo salir de casa de lo malo que me pongo con el intestino, me estoy quedando inválido...
Un saludo.