Yo quiero animarte, arbeZ, porque por fin estás en buenas manos. Por fin alguien va a investigar qué es lo que te ocurre realmente. Nuestro cuerpo envía señales de alerta y hay que saber evaluarlas, no buscar únicamente explicaciones simplistas y parcheos con fármacos. Independientemente de que pueda o no haber situaciones en nuestras vidas que nos produzcan ansiedad o estrés, no debemos dejar que eso haga de cortina de humo que impida mirar más allá. Este señor avanza a través de esa niebla para ver con claridad lo que hay detrás.
Lo más importante de lo que te ha dicho, lo que te da una esperanza mayor de lo que ahora mismo puedas siquiera soñar, es esto:
“Y salga lo que salga, ¿has oído hablar de la celiaquía?”. ¿Por qué? Porque cuando nuestro problema es el gluten, cuando nos ha ido envenenado día tras día, año tras año, cuando al final alguien nos ayuda a entenderlo y lo retiramos (pero de verdad, estrictamente) de la dieta el cambio es... impresionante. ¿Que puede haber daños irreversibles? Por supuesto que sí, pero evitaremos que prosperen más y siempre los pronósticos son mejores, con la ventaja añadida de contar con muchos fármacos. La mejoría en la calidad de vida entre la dieta y la medicación es indiscutible. Lejos de pensar que cuidar la alimentación con tanto detalle es una especie de condena, hay que entender que la condena es seguir envenenando al cuerpo. La relación coste-beneficio no deja lugar a ninguna objeción. Planteada de una manera práctica e inteligente, con la dieta comes de todo, sustituyendo los productos con gluten por sus equivalentes sin. La dieta es más variada que con las restricciones de cuando no sabemos realmente qué nos sienta mal, o va por temporadas, y tenemos que acabar retirando grupos completos de alimentos, cuya intolerancia al final parte de una sola y suele acabar por remitir tras el tiempo de dieta estricta sin gluten.
Lo que busca tu médico con las analíticas que te ha pedido es ver cómo funciona tu tiroides, tus riñones, el metabolismo del calcio, etc. El sistema endocrino es una de las dianas principales del gluten. ¿Y a que a ningún médico hasta ahora se le ha ocurrido analizar si tus huesos se están descalcificando, por ejemplo? En esas pruebas tendrá algo de información al respecto, aunque yo te aconsejo que de todas todas consigas una densitometría.
Encontrar enfermedades con nombre tipo a hipotiroidismo, anemia ferropénica, osteopenia u osteoporosis, etc. no implica haber llegado al final del diagnóstico, todo lo contrario, especialmente si confluye más de una en la misma persona. Hay que seguir buscando el origen. Hay que encuadrar todo junto, no aislado: con trastornos digestivos, con problemas de ansiedad, con trastornos cutáneos, etc.
Cuando se empezó a conocer la enfermedad celíaca, los dos síntomas que se supieron identificar con ella fueron las diarreas y el retraso en el crecimiento en los niños. Es más, durante años se consideró que era imprescindible que se presentaran y su ausencia implicaba que ni se considerara la enfermedad, por lo que se han ido pasando cientos de miles de casos sin diagnosticar. La hormona del crecimiento la segrega la hipófisis o glándula pituitaria, que si se daña y no funciona correctamente, evidentemente no podrá hacer bien su trabajo. Incluso los médicos que se han quedado anclados en esa idea desfasada de la celiaca, conocen (o deberían conocer) que la alteración en la secreción de hormona del crecimiento siempre, en todos los casos, obliga a analizar una posible intolerancia al gluten. Si se da en conjunto con síntomas digestivos, mayor razón aún. Si se localiza en un niño, la dieta revierte el retraso en el crecimiento y da la posibilidad de alcanzar la talla y desarrollo que marcan los genes. En un adulto, orienta hacia el diagnóstico correcto y evita la aparición futura de más trastornos. El comentario de ese médico
“Y salga lo que salga, ¿has oído hablar de la celiaquía?" implica que sabe muy bien lo que se dice, está actualizado, pues la tendencia hoy en día es que, ante la sospecha diagnóstica, pese a los resultados de la biopsia, los anticuerpos o la genética (si es que se hace esta última, que se suele racanear), la prueba de oro es la dieta ESTRICTA sin gluten durante un mínimo de seis meses. No te va a dejar a medias como les ocurre a otros, arbeZ, ya verás. Y como te va a mirar tan bien, si necesitas medicaciones que te ayuden, te las prescribirá.
Es difícil entender y aceptar, aunque poco a poco se va difundiendo, que ésta es una enfermedad autoinmune mulitisistémica, que puede afectar a todo el organismo. Tu médico sí lo sabe. Es una joya y eres afortunada por haber dado con él. Debes estar tranquila porque, dándole la vuelta, no hay nada más dañino y peligroso que la ignorancia disfrazada de eficiencia (y muchas veces de unas buenas dosis de soberbia...). Nos hace estar tranquilos pensando que los consejos y pautas que nos dan son correctos y nos cierran la posibilidad de buscar más allá, porque ni se nos ocurre pensar que pueda haber algo más. Así que todos los que ignoren que el gluten es un tema tan serio nos están perjudicando hasta límites que ni imaginamos.
Un abrazo muy fuerte. El 2013 va a venir cargadito de lo mejor para ti, de una nueva vida, ya lo verás.