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Publicado: Mié Sep 05, 2007 12:09 pm
Soy una chica de 24 años y desde hace un año y medio dejé de tomar leche. Aún no sé qué tengo. Hace dos que comprobé que cuando no desayunaba, mejoraban los cuadros. Tenía crisis diarreicas con dolor muy agudo, sudores fríos, taquicardias una hora después de tomarla. Y lo empeora el frío. De hecho esta mañana lo he vuelto a sufrir (por fortuna en casa).
Llevo doce años viviendo así, día tras día, aguantado el cólico (en este foro entenderéis que digo) durante una hora de reloj en cada clase. Si no llegaba tras la larga caminata al instituto imaginaos lo que era para mí estar allí encerrada, sin poder ir al baño porque siempre te acompañaban (no saben los chicos la suerte que tienen en ir solos). No me concentraba nada más que en aguantar. Una vez llegué a pensar que era por mi culpa, que era todo psicológico (aunque me sucedía invariblemente, tuviera el día que tuviera). Para soportar el dolor fijaba mi mente en un objeto en concreto, si distraía mi vista de ahí y perdía la concentración no podía soportarlo.
Tenía tanta vergüenza que hace poco que se han enterado mis padres. Tengo unas alergias cruzadas muy complejas y fingía que volvía del colegio por eso. O porque tenía (decía yo) una gastroenteritis. Parece una bobada, pero eso me parecía mas excusable que algo que no tenía ningún nombre. El año pasado me pasó en mitad del metro, con mi novio (con el que llevo tres) y no pude disimular. Le conté lo que me había pasado llorando y se mostró muy comprensivo. A pesar de que no toco la leche, imagino que tengo colon irritable (el médico no encuentra una explicación) porque a veces me pasa de pronto, en las circunstancias más comprometedoras... Ha aprendido a vivir el día a día controlando donde hay un baño cerca (ya sabéis, por si acaso).
Para mí, la Facultad fue una auténtica liberación porque tenia horario de tarde. Se lleva mucho mejor si pasas toda la mañana calmando la hinchazón en el calor de la cama. Siempre me ha preocupado ir a una entrevista de trabajo o simplemente ir a trabajar (cuando he tenido prácticas me pasaba media mañana en el baño). Odiaba a los demás por dejarse ir, vivir de verdad, mientras yo estaba atascada por culpa de todo esto. Me sentía muy desgraciada. Entonces pensaba que tenía una depresión por otros problemas de los que me culpaba; después de la tormenta, me he dado cuenta de lo mucho que la enfermedad influía en mí. En el colegio se metían conmigo porque siempre estaba muy pálida y muy callada. Muy triste. Nunca tendría una vida de verdad. La gente comentaba el calor que hacía en la facultad y yo estba helada, con dobles jerseys, siempre con unas pintas horribles porque necesitaba taparme como fuese... No conseguía entrar el calor.
Recuerdo volver a casa soportando cada semáforo en rojo, un minuto más que pasaba, el alivio de no encontrarme a nadie, de no tener que hablar (si hablaba me moría de dolor). Me culpaba de no ser sociable como los demás. Hice un auténtico esfuerzo por integrarme de nuevo y lo conseguí. En la Universidad pasé los años más bonitos porque hice frente a mis miedos. Me dijeron de todo: que tenía frío por una isquemia generalizada, que era la alergia (llevo desde que nací con problemas muy importantes y no coincide con ningún síntoma: la diarrea por alergia es completamente diferente)... Me hicieron una colonoscopia para descartar celiaquía, Chon o c. Ulcerosa después de un episodio con bastante sangre y moco. Y nada. Eso me ponía mas triste a que me dijeran: ¡Nena, tienes una enfermedad grave pero tenemos un tratamiento para ti! Nadie sabía nada. Sólo que debía evitar lo que me sentara mal (¡me sienta mal todo!), que erradicara los lácteos y que tuviera paciencia. Tengo el intestino muy sensible, muy estrecho (espástico), tuvieron que parar la colonoscopia porque no entraba el tubo y estaba hiperventilando. Así que no sé que tengo pero los episodios se ha reducido. Estoy muy feliz.
He conseguido eso que quería: vivir como los demás aunque con las restricciones alimenticias de costumbre (alergias varias y lactosa). Ir a una entrevista, al banco o al médico por la mañana sin preocupaciones y culpabilidad. Poder sonreír. Sigo cansada pero es un mal menor. Una amiga (tiene una especie de celiaquía) me confesó hace poco lo que ella pasó y no pudimos por menos que abrazarnos. ¡¡¡¡Le pasaba exactamente lo que a mí!!!! Era increíble. Los mismo temores y síntomas. Ahí es cuando me di cuenta de que compartir tu problema con los demás ayuda muchísimo. Aclara sobre lo que uno mismo puede tener, en el mar de dudas de un diagnóstico difuso. Si no hubiera "salido del armario" me hubiera podrido por dentro. Desde aquí agradezco a mi novio su comprensión, no sabe lo que esto significa para mí.
He conseguido un trabajo en horario de tarde y apenas salgo de casa, pero prefiero vivir así a sufrir todo aquello. Merece la pena. Espero que compartir esto haya ayudado a otras personas. A mí me ha desahogado una barbaridad!!!!
Llevo doce años viviendo así, día tras día, aguantado el cólico (en este foro entenderéis que digo) durante una hora de reloj en cada clase. Si no llegaba tras la larga caminata al instituto imaginaos lo que era para mí estar allí encerrada, sin poder ir al baño porque siempre te acompañaban (no saben los chicos la suerte que tienen en ir solos). No me concentraba nada más que en aguantar. Una vez llegué a pensar que era por mi culpa, que era todo psicológico (aunque me sucedía invariblemente, tuviera el día que tuviera). Para soportar el dolor fijaba mi mente en un objeto en concreto, si distraía mi vista de ahí y perdía la concentración no podía soportarlo.
Tenía tanta vergüenza que hace poco que se han enterado mis padres. Tengo unas alergias cruzadas muy complejas y fingía que volvía del colegio por eso. O porque tenía (decía yo) una gastroenteritis. Parece una bobada, pero eso me parecía mas excusable que algo que no tenía ningún nombre. El año pasado me pasó en mitad del metro, con mi novio (con el que llevo tres) y no pude disimular. Le conté lo que me había pasado llorando y se mostró muy comprensivo. A pesar de que no toco la leche, imagino que tengo colon irritable (el médico no encuentra una explicación) porque a veces me pasa de pronto, en las circunstancias más comprometedoras... Ha aprendido a vivir el día a día controlando donde hay un baño cerca (ya sabéis, por si acaso).
Para mí, la Facultad fue una auténtica liberación porque tenia horario de tarde. Se lleva mucho mejor si pasas toda la mañana calmando la hinchazón en el calor de la cama. Siempre me ha preocupado ir a una entrevista de trabajo o simplemente ir a trabajar (cuando he tenido prácticas me pasaba media mañana en el baño). Odiaba a los demás por dejarse ir, vivir de verdad, mientras yo estaba atascada por culpa de todo esto. Me sentía muy desgraciada. Entonces pensaba que tenía una depresión por otros problemas de los que me culpaba; después de la tormenta, me he dado cuenta de lo mucho que la enfermedad influía en mí. En el colegio se metían conmigo porque siempre estaba muy pálida y muy callada. Muy triste. Nunca tendría una vida de verdad. La gente comentaba el calor que hacía en la facultad y yo estba helada, con dobles jerseys, siempre con unas pintas horribles porque necesitaba taparme como fuese... No conseguía entrar el calor.
Recuerdo volver a casa soportando cada semáforo en rojo, un minuto más que pasaba, el alivio de no encontrarme a nadie, de no tener que hablar (si hablaba me moría de dolor). Me culpaba de no ser sociable como los demás. Hice un auténtico esfuerzo por integrarme de nuevo y lo conseguí. En la Universidad pasé los años más bonitos porque hice frente a mis miedos. Me dijeron de todo: que tenía frío por una isquemia generalizada, que era la alergia (llevo desde que nací con problemas muy importantes y no coincide con ningún síntoma: la diarrea por alergia es completamente diferente)... Me hicieron una colonoscopia para descartar celiaquía, Chon o c. Ulcerosa después de un episodio con bastante sangre y moco. Y nada. Eso me ponía mas triste a que me dijeran: ¡Nena, tienes una enfermedad grave pero tenemos un tratamiento para ti! Nadie sabía nada. Sólo que debía evitar lo que me sentara mal (¡me sienta mal todo!), que erradicara los lácteos y que tuviera paciencia. Tengo el intestino muy sensible, muy estrecho (espástico), tuvieron que parar la colonoscopia porque no entraba el tubo y estaba hiperventilando. Así que no sé que tengo pero los episodios se ha reducido. Estoy muy feliz.
He conseguido eso que quería: vivir como los demás aunque con las restricciones alimenticias de costumbre (alergias varias y lactosa). Ir a una entrevista, al banco o al médico por la mañana sin preocupaciones y culpabilidad. Poder sonreír. Sigo cansada pero es un mal menor. Una amiga (tiene una especie de celiaquía) me confesó hace poco lo que ella pasó y no pudimos por menos que abrazarnos. ¡¡¡¡Le pasaba exactamente lo que a mí!!!! Era increíble. Los mismo temores y síntomas. Ahí es cuando me di cuenta de que compartir tu problema con los demás ayuda muchísimo. Aclara sobre lo que uno mismo puede tener, en el mar de dudas de un diagnóstico difuso. Si no hubiera "salido del armario" me hubiera podrido por dentro. Desde aquí agradezco a mi novio su comprensión, no sabe lo que esto significa para mí.
He conseguido un trabajo en horario de tarde y apenas salgo de casa, pero prefiero vivir así a sufrir todo aquello. Merece la pena. Espero que compartir esto haya ayudado a otras personas. A mí me ha desahogado una barbaridad!!!!