CANDIDIASIS INTESTINAL

¿Qué tratamientos has seguido para tratar el SII? ¿Han sido eficaces? ¿Qué efectos secundarios has sufrido? Corticoides, antidepresivos, antiespasmódicos...
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Hano
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#1

Mensaje por Hano »

Hola, alguien la ha tenido?
jorgel
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#2

Mensaje por jorgel »

Había todo un post sobre candidiasis intestinal de una usuario Mine. No se si sigue pero las evidencias para candida son muy insuficientes y contradictorios. Te lo digo yo, que me gaste un monton de plata en productos para matar la candida, que lo único que hacían era matar mi bolsillo y mi esperanza, que es lo peor y no se tiene perdón ante eso o al menos eso digo yo.
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fornes84
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#3

Mensaje por fornes84 »

Tengo entendido que hay doctores que creen que puede ser el conocido SII, creó que lo único que se puede hacer es matarlas de hambre quitando todos los azucares; vease frustosa como el sorbitol, cualquier azucar, culaquier lacteo que venga de la vaca, y el gluten.

Eso si tengo mis serias dudas que se pueda hachar una cosa a la otra. Por cierto hay 2 pruebas possibles una para saber si has tenido alguna vez en tu vida, y otra si TIENES ahora candidas en el insestino.

Saludoss
zackzamu
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#4

Mensaje por zackzamu »

Candidiasis intestinal Crónica

http://www.medicinaintegral.es/candidiasis-intestinal
parte I

INTRODUCCIÓN

El principal objetivo de este artículo, es el de crear un marco orientativo para el diagnóstico y enfoque terapéutico de la candidiasis intestinal dentro del ámbito de la medicina biológica. Facilitando información genérica y accesible al paciente y, como digo, un marco orientativo al profesional de la salud a la hora del diagnóstico y tratamiento.

Especialmente, mi interés se centra en el paciente, dado que el tratamiento requerido precisa de un esfuerzo importante por parte de este y de una responsabilización en su proceso curativo. Y esto difícilmente se puede conseguir sin comprender las razones e importancia de aquello que se hace.

Es responsabilidad del terapeuta explicar y aclarar al paciente, todos los conceptos pertinentes que puedan quedar fuera de la comprensión de este, y es responsabilidad del paciente su propia salud, en la manera en que somos todos responsables frente a las elecciones que realizamos y el esfuerzo y empeño que ponemos para superar las propias dificultades. El terapeuta debe ser un instrumento cuya misión es la de comprender, orientar y proponer un camino a través del cual alcanzar el propósito que debe perseguir toda medicina, la restauración de LA SALUD. Para ello es indispensable el dialogo y trabajo en equipo (paciente/terapeuta), así como el compromiso y responsabilidad de ambas partes dentro de la parcela que a cada cual le compete. El enfermo no es un actor pasivo dentro de su proceso de curación, la salud es una de las cosas más importantes dentro de la vida, ¿cómo es posible que deleguemos y abandonemos totalmente nuestra responsabilidad sobre ella? El simple hecho de elegir un determinado tipo de terapias, un determinado tipo de terapeutas (pertenezcan estos a la medicina que sea) y el grado en que vamos a delegar nuestra confianza, son ya (seamos conscientes o no de ello) decisiones que tomamos.

Es muy habitual encontrar en personas que vienen buscando ayuda para resolver un problema de salud que mantienen por años, después de haber pasado por muchos intentos aquí y allá. Es el dramático caso de las personas que padecen una enfermedad como la candidiasis intestinal, absolutamente ignorada, por lo que habitualmente estas personas son tachadas de hipocondríacas, ya que esta postura siempre es más fácil que reconocer las propias limitaciones o incapacidad.

Por otro lado, sin lugar a la menor duda, toda enfermedad es una experiencia a partir de la cual descubrimos una nueva dimensión del mundo y de nosotros mismos. Es algo que nos empuja a buscar. La experiencia, a veces, puede ser francamente destructiva y desintegradora, pero si se consigue asimilar y soportar puede aportar un gran autoconocimiento, una mayor conciencia, y por tanto una mayor capacidad de decisión, lo que a su vez implica un mayor grado de responsabilidad personal con todos sus pros y sus contras. Desde esta perspectiva deben ser aceptables los errores y retrocesos que en dicho desarrollo puedan darse, tal y como sucede en todas las facetas de la vida que, al menos yo, conozco. E igualmente, desde esta perspectiva profundamente humana, quisiera que esta aportación fuera valida a la hora de desvelar un problema de graves consecuencias en la calidad de vida de las personas que la padecen, y que aquellos que han asumido un papel de responsabilidad como profesionales en el campo de la salud, deben conocer.

CONSIDERACIONES FUNDAMENTALES:

Se denomina candidiasis a una infección originada por una levadura de la familia de las Cándidas, de las cuales se conocen unas 150 especies, siendo la Cándida albicans la más habitual y frecuente, seguida por C. glabatra y C. tropicalis. Puede afectar a la piel, mucosas (orofaringea, vaginal, intestinal) y tejidos profundos, órganos internos y en casos de gran inmunodepresión provocar sepsis.

En lo concerniente a las candidiasis de las mucosas, es muy importante destacar, que esta infección no responde a un fenómeno de “contagio”, tal como puede ocurrir con los virus, como explicaremos posteriormente. Es necesario hacer esta aclaración dado que muchas mujeres que manifiestan candidiasis vaginal, piensan que han adquirido la infección por utilizar baños públicos u otras razones de carácter externo. En todo caso, el contagio podría darse mediante el contacto sexual, siempre y cuando existiera una infección en curso y no se utilizara preservativo.

Los hongos pueden ser unicelulares o pluricelulares. Las levaduras son hongos unicelulares con forma oval (5-30 µm), inmóviles y que se dividen por mecanismos diversos, especialmente por gemación. Deben considerarse como hongos que han perdido su forma filamentosa y se han convertido en organismos unicelulares. Cándida albicans es un hongo levaduriforme saprofito y de carácter dimórfico (o difásico). Esto quiere decir que es un organismo propio de la microbiota intestinal (también se encuentran en la piel y en el aparato genitourinario aunque en menor medida) en su forma de levadura y se alimenta de los restos mal degradados durante el proceso de la digestión, en concreto de los hidratos de carbono, (con predilección por la sacarosa, el “azúcar”) descomponiéndolos. Es dimórfico porque bajo determinadas circunstancias puede formar pseudohifas convirtiéndose entonces en patógeno.

Si bien existen diversos tipos de candidiasis clasificados principalmente por su localización (oral, vaginal, pie de atleta....), nos referimos en particular a la candidiasis intestinal, pues es de considerar que una infección micótica focal y visible, puede ser indicio de una importante alteración del terreno referido (como es común que ocurra) y sea de algún modo la punta del iceberg. Normalmente la microbiota (conocida en modo genérico como “flora intestinal”, si bien este término es incorrecto, en el sentido en que se le dio este nombre cuando todavía se pensaba que las bacterias pertenecían al reino vegetal) está formada por un conjunto de bacterias de distinto carácter que gira en torno a 1014 de bacterias, lo que equivale más o menos a diez veces el número total de células de nuestro organismo. La adquirimos del medio externo a partir del nacimiento, a través del aire y los alimentos, y cumple muy importantes funciones, a destacar:

- Diferenciación y desarrollo intestinal (especialmente las estructuras linfáticas)

- Favorece la digestión de las fibras vegetales permitiéndonos la utilización de las pequeñas cantidades de amidas contenidas en la celulosa.

- Promueve la síntesis de algunas enzimas como las proteasas y las mucopolisacaridasas.

- Promueve la síntesis de vitaminas K, B2, B6, B12, folato y de la biotina.

- Ejercita un efecto defensivo y de barrera, controlando la proliferación de los agentes patógenos externos.

- Ejercita una acción protectora sobre la mucosa intestinal.

- Desarrolla una acción preventiva sobre la formación del cáncer de colon.

- Sintetiza sustancias con acción antibiótica que controlan la misma microflora.

- Controla la motilidad y la forma del canal intestinal.

- Mantiene un adecuado Ph intestinal.

- Estimula el metabolismo de los ácidos biliares y hormonas esteroideas.

- Facilita la digestión de la lactosa evitando o reduciendo reacciones de intolerancia a la misma.

- Estimulación de ciertos factores inmunológicos.

- Circulación enterohepática de hormonas esteroideas sexuales (desconjugación de los estrógenos, permitiendo su absorción intestinal).

- Metabolismo de fármacos (degradación a metabolismos inactivos).



En la composición de la flora intestinal, influyen varios factores a través de los cuales podemos modularla:

1. La acidez gástrica (hipercloridia o hipocloridia)

2. El peristaltismo

3. Las interacciones entre las bacterias (algunas especies inhiben o facilitan el desarrollo de otras especies)

4. La alimentación (determina el tipo dominante de bacterias).

5. Los anticuerpos secretados por los plasmocitos de la pared intestinal.

6. La mucosidad

7. La capacidad de algunas células de adherirse a los receptores específicos de las células epiteliales (de la mucosa).

Cuando por diversas razones el equilibrio del “ecosistema” microbiano intestinal se ve alterado, puede verse favorecido el desarrollo de especies patógenas. Este es un estado patológico que se denomina DISBIOSIS. Es el caso de Cándida Albicans. No se sabe con certeza cuales son los mecanismos específicos que disparan la mutación de este organismo, pero si se sabe que está directamente relacionado con el estado inmunológico, el perfecto estado eubiótico de la flora, el tipo de alimentación y la integridad física y funcional de la propia mucosa intestinal. (1)

Imagen de colonias de cándidas en el interior del intestino delgado.

Algunas causas destacables que pueden favorecer este desequilibrio en favor de las cándidas son:

- Tratamientos prolongados con antibióticos de amplio espectro.

- Tratamientos farmacológicos diversos. Terapias hormonales (anticonceptivos), inmunodepresoras (corticosteroides), AINES... Entre otros.

- Hábitos alimenticios inapropiados, exceso de azucares, carbohidratos (especialmente refinados), comida basura, refrescos carbonatados.......

- Estrés.

- Intoxicación por metales pesados (principalmente mercurio y plomo).

- Estados inmunodeprimidos secundarios a patologías (cáncer, SIDA, hepatitis......etc.).

- Disminución de las secreciones gástricas.

- Factores carenciales.

- Otros de menor importancia pero que participan de forma decisiva como cofactores pueden ser toma de agua muy clorada, alimentos irritantes, estrés oxidativo........

Por otro lado es necesario destacar que pueden existir diversos factores de carácter constitucional y genéticos que crean una predisposición del terreno. Es por lo que determinadas personas desarrollan esta enfermedad bajo unas condiciones X, mientras que otras bajo idénticas condiciones no lo hacen. De lo expuesto se deduce que la cándida es un organismo OPORTUNISTA que precisa de unas condiciones específicas de carácter sistémico y local para su desarrollo. Una vez que la cándida muta y se extiende, perfora la membrana mucosa fijándose a ella por medio de las hifas (a modo de raíz). Esta perforación de la membrana mucosa y la variación de la composición cualitativa y cuantitativa de la microflora, es el inicio de una cascada de acontecimientos que terminan por formar una especie de retroalimentación (Feedback) patológica.

Es sabido que la acción metabólica de los hongos, genera gran cantidad de residuos (metabolitos altamente tóxicos), de los que se conocen unas ochenta sustancias diferentes. De estos es destacable el ácido tartárico, el acetaldehído y la arabinosa. Cualquier manual de toxicología indica que el ácido tartárico es una sustancia altamente tóxica. Una cantidad pequeña como 12 gramos causa la muerte en humanos, sobreviniendo ésta desde 12 horas hasta 9 días después de su ingestión. Los síntomas gastrointestinales son muy marcados (vómito violento y diarrea, dolor abdominal y sed), seguidos de colapso cardiovascular y/o daño renal. Este compuesto daña especialmente a los músculos y los riñones y pueden causar una nefropatía de carácter fatal). El ácido tartárico es un análogo (una sustancia química muy parecida) del ácido málico. El ácido málico es un compuesto intermedio del ciclo de Krebs, un proceso bioquímico por el cual obtenemos energía de los alimentos. Presumiblemente el ácido tartárico inhibe la producción bioquímica del ácido málico, ya que el ácido tartárico es conocido como inhibidor de una enzima del ciclo de Krebs llamada fumarasa que produce ácido málico a partir del ácido fumárico. La arabinosa puede interferir con la glucogénesis y puede provocar la formación de pentosidinas alterando significativamente la estructura proteica, el transporte, solubilidad y actividad enzimática así como desencadenar reacciones autoinmunes a las proteínas modificadas.

El acetaldehido interfiere con los receptores del neurotransmisor acetilcolina, produce histamina, bloquea enzimas metabólicas, destruye la vitamina B6, deprime el sistema inmunitario, destruye el glutatión y la cisteína, favorece la formación de sustancias vasoactivas (como la adrenalina) y reacciona con la dopamina. Otro compuesto resultante de los hongos, son determinadas fosfolipasas, que actúan debilitando la membrana de las células de la mucosa (ya que como es sabido, los fosfolípidos son parte integrante y fundamental de estas). Además, la Cándida puede interferir seriamente dentro del sistema endocrino, ya que puede encajar en determinados receptores hormonales de las células, compitiendo con las propias hormonas, también pueden generar sustancias que encajan en dichos receptores e igualmente pueden llegar a desarrollar receptores hormonales.

Finalmente comentar otro metabolito de origen fúngico, el indol, de gran importancia no solo por su toxicidad, ya que el indol es uno de los productos de degradación metabólica del aminoácido triptofano, aminoácido precursor de la serotonina, cuya función es fundamentalmente inhibitoria. Ejerce influencia sobre el sueño y se relaciona también con los estados de ánimo, las emociones y los estados depresivos. Afecta al funcionamiento vascular y la frecuencia del latido cardiaco, regula la secreción de hormonas como la del crecimiento. Cambios en el nivel de esta sustancia se asocian con desequilibrios mentales como la esquizofrenia o el autismo infantil, así como el trastorno obsesivo compulsivo y la depresión. Téngase en cuenta además, que el triptófano es uno de los aminoácidos considerados esenciales. El indol, es similar estructuralmente a muchas aminas biógenas, como por ejemplo la citada serotonina, o sea, que químicamente y estructuralmente es muy activo, por lo que tiene acciones muy importantes sobre sistema nervioso y sobre muchos de los receptores nerviosos. Su acumulación juega un papel importante en enfermedades dengenerativas como Parkinson, psicosis, eszquizofrenia, alucinaciones, demencia y confusión mental entre otras.

En general, se puede afirmar que los diversos metabolitos fúngicos actúan de forma crítica sobre los procesos bioquímicos y enzimáticos orgánicos; producen irritación, inflamación, y por diversos mecanismos, respuestas inmunitarias también de diversa consideración. Por todo ello, se comprende que pueden afectar muy seriamente a la salud.

Algunos de los trastornos asociados directa o indirectamente a la candidiasis y/o que pueden estar en relación con esta son:

· Autismo.

· Trastornos por déficit de atención/hiperactividad .

· Síndrome de Rett.

· Convulciones.

· Depresión.

· Ansiedad.

· Psicosis infantil.

· Cistitis intersticial.

· Prostatitis.

· Fibromialgia.

· Síndrome de Fatiga Crónica.

· Trastorno generalizado del desarrollo.

· Colitis.

· Parasitosis.

· Esquizofrenia.

· Migrañas.

· Enfermedad de Alzheimer.

· Trastorno obsesivo compulsivo.

· Síndrome de Down.

· Síndrome de Tourette´s.

· Inflamación intestinal crónica.

· Enfermedad de Crohn.

· Colitis ulcerosa.

· Colon irritable.

· Hipoglucemias.

· Patologías alérgicas.

· Patologías de carácter autoinmune.

· Ulcera gastroduodenal

· Atopía

Parte II



Los síntomas de la candidiasis crónica pueden ser muy diversos y variados, realmente produce un cuadro muy florido y confuso del cual citamos los más generales o comunes (no todos se dan simultáneamente, por supuesto, cada persona desarrolla un determinado conjunto de síntomas):

- Cansancio

- Malestar general

- Dolor muscular y de articulaciones.

- Hinchazón abdominal.

- Diarrea y o estreñimiento.

- Depresión anímica

- Irritabilidad y o inquietud

- Incapacidad para concentrarse.

- Molestias vaginales o prostáticas

- Dolores de cabeza.

- Dolores abdominales

- Digestiones pesadas

- Disminución de la capacidad de concentración.

- Reacciones alérgicas de diversa incidencia.

- Picor anal.

- Aparición de aftas bucales.

- Inflamación y sangrado de encías.

- laringitis y faringitis recurrentes o crónicas.

- Gases intestinales.

- Desorientación o sensación de borrachera.

- Pérdida de memoria.

Debido tanto a la agresión mecánica como química por parte de las cándidas, se produce una inflamación de la mucosa intestinal, que a su vez aumenta la permeabilidad de esta, originando así el síndrome de hiperpermeabilidad intestinal, a partir del cual surgen gran diversidad de patologías de carácter inmunitario e inflamatorio (principalmente). De forma consecuente se da una disminución de la capacidad enzimática del intestino; aunque también se ven afectadas otras secreciones como las hormonales (secretinas Pej.), las mucinas, los tripéptidos y factores inmunitarios (como las lisozimas); con la consiguiente disminución y empobrecimiento de la capacidad digestiva y defensiva de esta importantísima estructura, y por ende, del conjunto orgánico.

Como se ve, recapitulando, se produce una cascada de acontecimientos (de los cuales solo se citan tal vez los más importantes) que generan un círculo vicioso de incalculable impacto en la salud, y que presenta importantes dificultades en el diagnóstico dado el extraordinario desconocimiento que existe, en general, sobre la importancia crítica y sistémica que posee la estructura intestinal y el correcto equilibrio de su microflora. A esto hemos de sumarle, que las infecciones por cándida son difíciles de detectar por medio de biopsias o coprocultivo de heces, dada su localización por colonias y su extremada adherencia al epitelio. Los métodos serológicos resultan un tanto imprecisos (aunque pueden ser buenos indicadores orientativos). Por inducción, se deduce de todo los expuesto, que las pruebas más fiables son las efectuadas a través de la medición de los metabolitos micóticos (ácidos orgánicos) en orina, existiendo muy pocos laboratorios capacitados para realizar dichas pruebas, o también, la determinación de la composición de microorganismos de las heces realizado igualmente mediante técnicas avanzadas con la tecnologías apropiadas (laboratorios Great Plains y Great Smokies en USA). Nótese hasta que punto es difícil el diagnóstico por los procedimientos habituales y pretendidamente válidos, que incluso en las vulvovaginitis micóticas, que cursan con síntomas tales como picor, inflamación, secreciones blancas o amarillentas y dolor, muchas veces los cultivos realizados a partir del exudado vaginal dan un negativo. También es válido el ejemplo para comprender los efectos de este organismo en la mucosa intestinal, donde no tenemos una apreciación directa (inflamación, dolor, secreción de sustancias irritantes, etc..)

Diseminación de Cándida a través de la circulación venosa después de penetrar en las células del epitelio intestinal.

Se podría hacer una clasificación valorando la magnitud de la infección, no solo en lo referente a la localización y extensión, sino especialmente a su gravedad originada a partir de los factores ambientales y endógenos (principalmente) incidentes, pero en virtud a lo expuesto, y dada su condición multifactorial baste decir que puede ser tanto de carácter muy grave (tal como los casos originados por estados de inmunodepresión importantes, como el SIDA), leves (tal como cierto picor anal tras un breve tratamiento antibiótico) o de grado intermedio (como puede ser una candidiasis dentro de un cuadro de síndrome de fatiga crónica, donde la vida de la persona no corre riesgo pero su calidad de vida está completamente deteriorada). En cualquier caso entiéndase que la principal dificultad en su tratamiento es la consideración de que una vez adquirida la condición de candidiasis, aunque aparentemente superada, el sujeto debe considerarse como un crónico asintomático, dada la gran tenacidad del hongo en cuestión y su extraordinaria capacidad de adaptación a los distintos agentes antimicóticos. Pero principalmente porque los antimicóticos rompen la membrana celular del hongo, pero este no muere, sino que queda temporalmente inactivado en estado latente, en espera de que se produzcan nuevamente condiciones favorables para su desarrollo. Es una dificultad añadida el hecho de que puede igualmente quedar fijado en pliegues inaccesibles y profundos de las mucosas (por citar algunas de las razones).

Desde el punto de vista inmunológico, podemos articular dos razones fundamentales que explican la tenacidad y recurrencia de estas infecciones en algunos casos:“Se define el complemento como un sistema funcional de unas 30 proteínas del suero, que interaccionan entre sí de modo regulado formando una cascada enzimática, permitiendo una amplificación de la respuesta humoral. La activación y fijación del complemento a microorganismos constituye un importantísimo mecanismo efector del sistema inmune, facilitando la eliminación del antígeno y generando una respuesta inflamatoria.”

Es sabido que algunos microorganismos expresan moléculas que inhiben la acción del complemento, C. albicans es uno de ellos. En concreto y a título de curiosidad, moléculas parecidas a CR2 y CR3; está última presenta homología antigénica con el CR3 humano. Todas estas moléculas pueden proteger a los microorganismos frente a consecuencias habituales de la fijación de anticuerpos y factor de complemento. Por Ej. impiden que ciertos receptores de las células fagociticas del huesped (persona infectada) reconozcan las IgG o C3 (sustancias que marcan a los antígenos para ser atacados por las células inmunológicas).

Otra consideración de gran importancia relacionada con la inmunidad y la candidiasis crónica, es que se ha reconocido una hipersensibilidad de tipo retardado (tipo IV) frente a los antígenos fúngicos, y la ausencia de estas reacciones se asocia con infecciones crónicas. Por lo tanto, hablamos de un factor celular presente en aquellas personas que manifiestan candidiasis recurrentes o crónicas.

El tratamiento sintomático y directo con antifúngicos no es efectivo de cara a la erradicación del problema, dado que debe ser abordado desde una perspectiva etiológica. Son especialmente desaconsejables los tratamientos antimicóticos sistémicos de síntesis farmacéutica, tales como el fluconazol, itraconazol, etc., por dos razones principales:

1.- Son altamente hepatotóxicos y lesionan la mucosa gastrointestinal(agravando el problema de hiperpermeabilidad).

2.- Junto con los hongos, erradican al resto de la flora, por lo que a la tenacidad de la cándida se le suma la ausencia de organismos que puedan competir con ella para la colonización del espacio vital y alimento. Por lo que es muy usual que se produzcan rebotes de la infección, reapareciendo esta con más fuerza si cabe. Otra consideración importante es que al existir una permeabilidad aumentada y encontrarse la barrera mucosa perforada por las hifas, pueden penetrar en la sangre nuevas levaduras (también bacterias y residuos de la digestión) adquiriendo una distribución sistémica capaz de infectar otros órganos y estructuras.A todo esto, (incido de forma especial en este concepto) es importante exponer que la hiperpermeabilidad intestinal es una seria condición que muchas veces (la mayoría) no da una clínica precisa y clara. Pero es un factor raíz y subyacente, tal como se ha mencionado anteriormente, a muchas patologías de carácter alérgico o inmunológico (principalmente) en su más amplio sentido. Esto es debido al paso de macromoléculas al torrente sanguíneo (y otras sustancias y organismos como ya se indicó) que dan lugar a respuestas inmunitarias no anafilácticas (intolerancias alimentarias), sino moduladas por las IGG, respuesta más lenta que puede dar manifestaciones visibles a partir de las 24 o 48 horas subsiguientes a la ingesta de las mismas.

Estas reacciones pueden provocar síndromes dolorosos de todo tipo, puede producir sensibilizaciones a distintas sustancias, dolor de los ganglios linfáticos, alteraciones cutáneas y en general un abanico de disfunciones inespecíficas que cubren un amplio espectro de terrenos. Obsérvese a este respecto la incidencia de los péptidos de la leche y el trigo (caseomorfina y gliadinorfina) en los procesos autistas (existe abundante bibliografía al respecto, recomiendo los estudios realizados por el Dr. Willian Shaw y col).

A modo indicativo digamos que la digestión es el proceso mediante el cual se reducen los principios inmediatos en sustancias más sencillas para ser absorbidas y utilizadas (los carbohidratos en glucosa, las proteínas en aminoácidos y las grasas en ácidos grasos). Cuando nos referimos a macromoléculas, compréndase que predominantemente nos referimos a elementos de esta naturaleza que no han sido debidamente digeridos. En este proceso las enzimas juegan un papel no fundamental, sino imprescindible.

Existe una prueba de laboratorio muy efectiva para valorar la permeabilidad del intestino, pero igual que en los casos anteriores, lamentablemente, son muy pocos los laboratorios que la realizan y menos aún los profesionales que la piden (por desconocimiento como hemos señalado).

Dada la conexión directa que tiene el hígado vía porta (la vena porta recoge el contenido de la absorción intestinal y lo lleva directamente al hígado), considerando que este órgano es la gran planta bioquímica del organismo, responsable (entre otras cosas) de la desintoxicación del mismo, es fácil deducir el tremendo impacto que posee sobre este la hiperpermeabilidad del intestino y las consecuencias derivadas de este hecho. Es decir, la absorción e introducción de sustancias mal degradadas y tóxicas, consecuencia de una deficiente capacidad de digestión, absorción y filtrado, provocando un estado congestivo por estrés tóxico en el hígado. Como consecuencia, todo el metabolismo se ve afectado. A esto, sumémosle la carga de tóxicos generada por la infección micótica.El resultado final de esta sumatoria es una autointoxicación de carácter crónico, de donde resultan diversos bloqueos metabólicos (de similar naturaleza a los descritos en el apartado referente a los metabolitos fúngicos, donde vimos como algunos de estos, bloquean la conversión de unas sustancias en otras, inhibiendo una determinada enzima y en consecuencia bloqueando una ruta metabólica determinada). En base a lo expuesto, y dado que en la actualidad los factores de riesgo son en gran medida muy abundantes, y muchas de tales circunstancias son un denominador común en la vida actual de la gran mayoría de las personas (especialmente en las urbes), las candidiasis son cada vez más frecuentes.

La terapéutica más apropiada desde mi experiencia personal e investigación, es un tratamiento biológico e integral que comprenda y module todos los parámetros susceptibles de modificación. Esta terapia debe ser efectuada protocolariamente mediante distintas etapas (adaptadas a las condiciones particulares del enfermo), encaminadas y dirigidas hacia la reestructuración de todos los factores implicados (mencionados algunos de ellos).

Esta pauta requiere según la gravedad de los casos de varios meses (dependiendo del tiempo de evolución y gravedad que se presente), en los que el organismo afectado debe ir recuperando sus ritmos biológicos y regenerando sus tejidos y funciones a un ritmo que le es natural y no impuesto mediante estimulación farmacológica, y donde las pautas dietéticas son el pilar fundamental. A partir del tratamiento y recuperación, el paciente debe observar en lo sucesivo una serie de condiciones higiénico-dietéticas a lo largo de su vida, condiciones que no necesariamente tienen que ser inflexibles y rigurosas pero que sí deben representar la norma general. Esto será así, hasta que se descubra la forma de erradicar (efectivamente) a estas levaduras que de cándidas solo poseen su nombre (aunque existe un fármaco de uso hospitalario, que según parece, si presenta esta capacidad).

Concluyendo, queda claramente expuesta la importancia extraordinaria que tiene esta patología incomprensible y negligentemente soslayada por los profesionales de la salud, y se comprenden las razones por las que puede relacionarse con tantas enfermedades (consideradas de carácter idiopático muchas de ellas). A su vez, queda dicho entre líneas, que a la hora de abordar su tratamiento es necesario hacer un estudio global del paciente (nunca sintomático), en donde la alimentación (la supresión de determinados carbohidratos) es sin duda la piedra angular del mismo.

(1) Se ha descrito que la transición levadura hifa en C. albicans está inhibida por la 1,4 diamino-2-butanuna (DAB), un inhibidor competitivo de la Ornitina Descarboxilasa (ODC), la primera enzima implicada en la síntesis de poliaminas. Cuestión está que abre un prometedor campo de investigación hacia la prevención y tratamiento de esta enfermedad.



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skamada
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#5

Mensaje por skamada »

COmo por desgracia en páginas naturistas o directamente timadoras se abusa de este diagnóstico (que normalmente sólo aparece en personas inmunocomprometidas), agradecería tampoco le dieseis mucha coba, pues se cuentan por miles los que, al no tener una prueba accesible que les permita descartar si es cierto o no, se consideran "enfermos" de tal cosa (las listas con 70 síntomas en las que casi cualquiera puede encajar no ayudan) y se dejan pasta a tutiplén y en ocasiones la salud con dietas "sin azúcares" en ponerle remedio, sin conseguirlo.
Kaire
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#6

Mensaje por Kaire »

Bueno, a mi me gustaría contar el caso de mi madre, que creo que es interesante.

Ella llevaba un año con bastantes problemas intestinales. Tuvo helicobacter y a través de un largo tratamiento consiguió herradicarla. Aun así seguía con importantes problemas intestinales. Finalmente, acudió a una médica que le dijo que su problema de base podía ser la cándida intestinal. Es una enfermdad difiícil de diagnosticar. No le recetó ningún fármaco, sencillamente le mandó una dieta sin levaduras y ahora mismo no recuerdo que más. Por lo que mi madre no se gastó un céntimo en tratamiento. El objetivo era matar a la cándidas de inanición.

Así, lo hizo. Afortunadamente, después de cuatro meses de dieta mi madre está mucho mejor. Ha ido introduciendo alimentos que antes no podía comer y ya no tiene la sintomatología que tenía antes. Digamos que ha podido empezar a llevar una vida normal.

Obviamente, no digo que vaya a ser la fuente del problema de todos nosotros pero creo que es interesante tenerlo en cuenta como posibilidad cuando estamos atrás de un diagnóstico.

Saludos
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skamada
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#7

Mensaje por skamada »

Es normal que tras un tratamiento con Amoxicilina (que es el que se usa para la HP) aparezca candidiasis, pero ésta suele ser oral o vaginal, y simplemente tomando yogures o algún probiótico tras el tratamiento desaparece. Y tamién es totalmente normal seguir con molestias después de la HP, porque ésta provoca gastritis y se tardan varios meses en recuperar las mucosas y por ende volver a tolerar alimentos irritantes como el café o tantos otros, en esos casos puede ser bueno meter glutamina para recuperar la permeabilidad intestinal. SI le puso una dieta sin almidones o levaduras (las hay muy restrictivas circulando por INternet) o sin fruta, pos tu madre necesariamente tenía que mejorar, al quitar la gliadina del trigo, irritante y restringir las cosas dulces, se le da menos trabajo a las tripas y así las mucosas se recuperan, pero no necesariamente de una candida intestinal -o sistémica- :wink:
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#8

Mensaje por Kaire »

Mi madre ya llevaba tiempo con dieta, lo que pasó fue que la médica le perfiló una dieta adaptada al problema de la cándida

Lo que me parece interesante es que ahora pueda comer (incluso en exceso) alimentos que antes su cuerpo rechazaba deliberadamente, como por ejemplo el pan o algunos dulces.
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skamada
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#9

Mensaje por skamada »

lo dicho, la helicobacter provoca gastritis, y al haber irritación de la mucosa gástrica todo irritante que ingiramos, como la gliadina que es la proteína del gluten de trigo, provocan molestias en la digestión, distensión, flatulencias... así que al curarse de la gastritis, volvió a digerir como antes, irritantes y lo que sea :lol:
Kaire
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#10

Mensaje por Kaire »

No mujer, se curó de helicobacter sin mejoras en la sintomatología.

Toda la historia de la cándida fue posterior.
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